El pasado martes 27 de agosto de 2024, comenzó el juicio oral y público en el que Santiago Palumbo, director del Teatro Guaraní, acusó a David “Dave” Weil de difamación y calumnia.
La querella surgió a raíz de una publicación en Instagram, en la que Weil compartió su experiencia durante la producción del unipersonal “She Is Lali” de la actriz Lali González, en 2021. Según Dave Weil, Palumbo había impuesto un contrato que él calificó como “leonino” y que habría resultado en una significativa pérdida económica para la producción.
En agosto de 2023, Weil publicó en sus redes sociales detalles sobre el contrato firmado para la presentación de “She Is Lali” en el Teatro Guaraní. Según la publicación, la producción y el teatro acordaron dividir las ganancias en un 70% y 30% respectivamente, a favor de la producción. Sin embargo, Weil alegó que el contrato incluía una cláusula penal que obligaba a la producción a pagar al teatro una suma de G. 3.000.000 por función si no se alcanzaba un ingreso mínimo, lo que, dadas las restricciones de capacidad, resultaba inevitable.
Durante el juicio, varios testigos ofrecieron relatos inquietantes sobre la conducta de Palumbo. Un ex asistente del director afirmó haber sido acosado sexualmente por él, mientras que otros testigos, exalumnos de la escuela dirigida por Palumbo, compartieron experiencias de abuso verbal, físico y psicológico. Se relató cómo Palumbo utilizaba su posición de poder para manipular y controlar a los estudiantes, con testimonios que incluyeron desde acoso sexual hasta el trato denigrante basado en la apariencia física.
Tras dos días de audiencias, la jueza a cargo del caso absolvió a David Weil, concluyendo que su publicación no había dañado la reputación de Palumbo, sino que había expuesto prácticas laborales cuestionables en la gestión del teatro y la escuela de Palumbo. La jueza señaló que, aunque los testimonios de las relaciones de Palumbo con menores no pudieron ser corroborados, sí se comprobó que mantenía relaciones inapropiadas con alumnos de la institución.
La jueza destacó que las críticas de Weil estaban justificadas dada la naturaleza del contrato y las prácticas laborales denunciadas. Además, se subrayó que el trato dado por Palumbo a los estudiantes becados, quienes debían trabajar tanto en la escuela como en su casa sin recibir compensación adecuada, era inaceptable y no correspondía a la relación que debería existir entre un estudiante y su institución educativa.
El caso ha puesto de relieve las prácticas abusivas que algunos estudiantes y colaboradores han denunciado en instituciones artísticas y educativas, levantando cuestionamientos sobre la ética y los límites del poder en estos espacios. A pesar de la absolución de Weil, las revelaciones del juicio han dejado una sombra sobre la reputación de Palumbo, quien ahora enfrenta el escrutinio público y la posibilidad de futuras acciones legales por otras vías.