La modelo relató una experiencia poco feliz en una conocida iglesia.
Jazmín Mernes habló durante su programa de stream, “Las Censuradas” sobre el día en el que recurrió a una conocida iglesia en busca de paz espiritual y le terminaron robando un perfume. En comunicación con Epa!, Jazmín dio otros detalles que tienen que ver con el manejo del estacionamiento del lugar y hasta sillas vip con reserva anticipada.

Por medio de Marly Figueredo, Jazmín Mernes llegó hasta la famosa iglesia de José Duarte, la influencer dijo en comunicación con Epa! que esta primera experiencia fue buena. Debido a que salió aliviada del culto, Jazmín quiso que una amiga que padecía de cáncer conozca el lugar para encontrar un poco de consuelo a la situación que atravesaba pero la situación se volvió desagradable y hasta terminó con un robo.
“Una vez fui a esa iglesia con Marly porque me invitó, esa vez la pasamos súper bien, me sentí bien al salir. Entonces, cuando mi vecina me dijo que quería ir a conocer, y sabiendo que está delicada, con cáncer, yo pensé: bueno, la llevo, le manejo, que se sienta acompañada, desde que llegamos fue toda una película”, dijo Jaz para luego dar insólitos detalles de su visita a esta iglesia.

“Primero no podíamos estacionar en frente porque supuestamente estaba prohibido, que había que ir a la vuelta y pagar veinte mil guaraníes. Nos fuimos al costado y nos siguió otra vez el que cuidaba que era algo de la iglesia y nos dijo lo mismo, ahí yo ya dije, ¿pero qué clase de casa del Señor te cobra estacionamiento y te prohíbe estacionar?, igual intenté dejar en un costadito para que no camine mucho ella, ahí ya me planté: ‘no voy a moverme, llamen a la grúa si quieren, ella es una señora enferma, no puede pasar estrés. Qué templo es este que te estresa antes de entrar?’”.
“Después de unas horas yo salgo y miles de autos de alta gama estaban estacionados detrás mío y en el mismo lugar donde me sacaron, al entrar encontrás que hay sillas con el cartel “reservado, si querías asiento cómodo, tenías que tener lugar privilegiado, nos fuimos allá en el fondo mismo. Yo nerviosa, cuidando a mi amiga, tratando de que no se altere”.

Mientras acompañaba a su amiga para que el pastor le haga la intercesión de las manos, un ladrón aprovechó su ausencia y le robó un perfume, “lo más insólito mientras pasamos adelante para recibir la oración con el agua, dejé mi perfume en la cartera, porque pensé: “es la casa del Señor, acá nada malo puede pasar’, y bueno, ahí mismo me robaron. En la iglesia me asuelaron (robaron) el perfume, calculo que como no tenía efectivo en la cartera dijo que por lo menos llevaba eso”.
El momento fue bastante desagradable para Jazmín y su amiga pero actualmente prefieren recordarlo como una anécdota, “mientras tanto, me hacían levantarme de las sillas libres porque eran para personas importantes y yo pensando si al menos que me devuelvan el perfume entonces. Al final, todo fue tan raro yo cuidando a mi amiga, medio nerviosa, indignada, pero ahora lo cuento como una anécdota simpática porque en serio, ¿a quién más le puede pasar que le roben el perfume en la casa del Señor?“.