Sofi Gómez y José Ayala comienzan el 2025 con un nuevo propósito para su familia

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En un emotivo mensaje, Sofi Gómez Abreu y José Ayala compartieron con sus seguidores un extenso balance espiritual y familiar sobre el año 2024, además de sus esperanzas y propósitos para el 2025.

La pareja, conocida en el ámbito de la farándula nacional, las redes y los medios de comunicación, decidió comenzar el nuevo año con una consagración a la Sagrada Familia, destacando valores de fe, unidad y amor en su vida familiar.

“Y te fuiste 2024, un año que no voy a olvidar nunca. Fuiste bravo conmigo, pero cada prueba y cada paso solo me llevó a donde todos necesitamos llegar: a Dios. Por eso terminé el 2024 más que agradecida por cada vivencia”, expresó Sofi al iniciar su reflexión.

La influencer y madre confesó que, a pesar de las dificultades, encontró fortaleza y guía espiritual en su fe: “Hoy recibo el 2025 con los brazos abiertos, confiada en Dios, en que tomada de Su mano nada puede salir mal. Más aún estando albergada bajo el manto de la Virgen María”.

Sofi destacó que este nuevo año está dedicado a fortalecer los lazos familiares desde una perspectiva espiritual. “Este año consagro mi familia a la Sagrada Familia, para que guiados por ellos podamos permanecer unidos y busquemos siempre ser lo más parecidos a ellos. Que encontremos siempre la alegría en Cristo, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida familiar”.

Además, subrayó el compromiso mutuo entre ella y su esposo: “Donde nos amemos y nos sacrifiquemos el uno por el otro”.

En su mensaje, Sofi dirigió palabras específicas a su hija, su esposo y a sí misma, expresando deseos y propósitos llenos de significado:

  • A su hija: “Jesús, haz de nuestra hija una niña dócil a tu voluntad, llena de felicidad, bondad, alegría y profundo amor hacia nosotros, sus padres. Que tomados de tu mano podamos enseñarle el camino hacia Vos”.
  • A su esposo: “San José, sé siempre el modelo a seguir para mi esposo. Que nunca le falte salud para proteger y proveer a su familia, que su fe sea testimonio de su confianza en Dios”.
  • A ella misma: “María, mi madre, sé siempre mi intercesora ante tu hijo Jesús. Haz de mí una mujer ejemplar, una madre amorosa y justa, y una esposa paciente, compañera y virtuosa”.

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